Es frecuente confundir el poder con algunas características coercitivas como el sometimiento, la violencia y la desigualdad. Incluso suele asociarse a cualquier persona poderosa con estar por encima de la ley o capaz de comprar la voluntad de cualquiera. Como se ha señalado anteriormente, el poder y la dominación tienen formas diferentes de generar vínculos y estructuras de las redes, responden a diferentes objetivos y utilizan mecanismos distintos para movilizar el capital social.
Sin embargo, esta confusión refuerza la idea de que no existe otra forma de organizar el poder político sin someter, violentar o manipular a otros. No siempre es así.
Si Poder = violencia, entonces No poder = no violencia. ¿A caso no existe un antónomo de violencia o de poder que no conlleve a la negación de ambos para describirlos? De allí la pertinencia de describir primero al poder como una forma diferenciada de articular el capital social con respecto a su antónimo: la dominación.
Movilización del capital social
La dominación describe la manera en la cual, el capital social se moviliza en estructuras de relación piramidales, a través de métodos violentos para someter a los miembros de la red para lograr objetivos particulares.
Para que la dominación exista, requiere deshumanizar o despersonalizar a los miembros de la red que serán sometidos, de tal manera que sean cosas y no personas las controladas para evitar culpas o caer en la ilusión de que se hace lo correcto dada la distancia entre el dominante con el sometido.
Las relaciones piramidales son aquellas que se estructuran a partir de niveles mayores que a su vez poseen diferentes encargos, roles y recursos. A mayor grado de dentralidad de la red mayores serán los beneficios de la movilización de diferentes capitales, y como consecuencia mayor será su jerarquía, sea esta formal o inferencial.
Por ejemplo, la red de un rey con sus súbditos o un Ministro de Estado con sus subordinados son ejemplos de jerarquía formal, dado que existe una constitución que les brinda tales cargos y sus finciones de manera explícita. En contraste, las estructuras machistas o racistas, que establecen vínculos inferenciales al no existir un acuerdo explícito, sino a través del ejercicio de la violencia en diferentes formas.
Las estructuras típicas de las redes de dominación son centralizadas, con varios intermediarios y subredes no conectadas entre sí por lo general.
la información es a través de diferentes mecanismos de coherción que recae en el miedo por encima de la razón.
Tales vías pueden aparecer como la intimidación, amenazas, manipulación, controles o castigos que a su vez fuerzan a movilizar los recursos de la red para evitar ser agredido. No puede existir dominación sin violencia, cualquiera que sea su forma.
Fines estratégicos
En cuanto a los fines estratégicos, se esgrimen según las necesidades particulares de quienes se encuentran en la cima de la red jerárquica. Al concentrar la mayor proporción de recursos y tener la capacidad de amenazar a la mayor parte de los miembros, pueden orientar la movilización de recursos según los fines que ellos mismos definan, toda vez que las necesidades de la mayoría son suplantadas.
Suplantar es una palabra que proviene del latín supplanter que significa “falsificar” y como tal, lo que se falsifica en las estructuras de dominación es la satisfacción de las necesidades biológicas, sociales y de realización personal por los intereses partículares de los agentes dominantes.
Normalización de la violencia y las víctimas invisibles
La dinámica de las relaciones sociales consolida patrones temporales de vinculación, es decir, formas de relacionarse con otros que se repiten a lo largo del tiempo. Inicia con las interacciones entre individuos ya sea por azar o coincidencia, las cuales si se mantiene de forma regular, se convierten en relaciones. Las relaciones implican involucramiento emocional y con ello los individuos estiman la importancia de la relación, es decir, su peso.
El peso de las relaciones es fundamental para conocer qué tanto influyen en el comportamiento individual ciertas relaciones dentro de una subred.
[a mayor peso de la relación mayores serán las condicionales a considerar para que el sujeto tome una decisión que involucre a otros miembros de la red. Por tanto, el costo personal es más alto en caso de fallo.]
Cuando las relaciones se regularizan a través del tiempo, ya sea porque responden a una conducta esperada y valorada o por evitar algún error en las interacciones, entonces se convierte en estructura. Éstas, condicionan las formas de relación a través del largo plazo, incluso milenios pues generan instituciones que se convierten en tradiciones, como las religiones, la organización familiar o las clases sociales.
Las redes de dominación tienden a implementar mecanismos de control social basados en diferentes tipos de violencia para mantener sometidos a ciertos miembros de la red. En este sentido, la violencia es ejercida de forma selectiva.
Cuando forman estructuras de control, la violencia se aprecia como norma y las víctimas como consecuencias de la aplicación de una norma. Esto deriva en una normalización tal que se incorpora al sentido común de la red y se aprecia con frases como: “si el marido le pegó fue porque ella se la buscó”, “por supuesto que gana menos, si es negro”, “los mexicanos son narcotraficantes y violadores que vienen a nuestro país a destruir”, etcétera. Todas estas frases hacen referencia a diferentes estructuras de dominación como el machismo, el racismo o el imperialismo.
Manipulación
El éxito de las estructuras de dominación se debe a su capacidad de hacer pasar este tipo de relaciones como “naturales” ya que siempre se han dado así. Incluso sus oligarquías, pueden denominar a la dominación de una forma positiva y hasta contraria a lo que es, en una especie de trasvestismo.
Como denominar democracia a una dictadura sólo porque hay votos y partidos, o pueblo de Dios a una comunidad religiosa que manipula a sus feligreses pero que fueron bautizados, entre otras formas de manipulación de la información, la ideología, el arte o las leyes.
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